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domingo, 16 de octubre de 2011

cada día

Y cada día me parece más difícil el alemán, supongo esta sensación es normal en alguien que jamás ha vivido en un país donde se hable una lengua distinta a la suya. En parte, siento mucha expectación de encontrarme con una cultura distinta a la mía, también siento fastidio.
 Me he mudado alrededor de 25 veces en mi vida y esta, una vez más, sabiendo que no será la última, me aburre. De alguna forma u otra estoy acostumbrada a este tipo de situaciones, vivir en una casa temporal, sabiendo que las paredes no pueden ser mancilladas, porque vendrá otro inquilino, porque me cobrarían el agravio.

Mudarse 25 veces en 33 años me hace al final, sentir la curva sinuosa de la reversibilidad, lo reversible no da vértigo, entonces pienso en las cajas, los objetos que tengo que envalar, ufff.

Dejar fluir...

  Y entonces ahora, por primera vez, siento la  contradictoria emoción de vivir lo desconocido, de conocer  otro lenguaje de las cosas, la traducción de todo a mi mundo. Pero se me hace muy difícil aprenderme las palabras(hablando del alemán puro y duro) porque las SCH, se me tornan lejanas a lo que he conocido, a lo que he tenido, eso que ha cambiado tantas veces, pero que sin embargo, desde este punto de vista, no ha cambiado tanto.

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